Consejos y precaución
Consejos para evitar el estrés en la conducción de furgonetas
Conducir con estrés puede llegar a suponer un riesgo no solamente para nuestra integridad y seguridad, sino también para la del resto de usuarios de las vías y carreteras.
De hecho, la Dirección General de Tráfico advierte de que esta circunstancia puede llegar a aumentar la probabilidad de sufrir un accidente porque altera nuestras capacidades necesarias para una práctica responsable al volante.
¿Por qué conducir genera estrés?
El estrés es un proceso psicológico que se origina cuando nos sentimos sometidos a una exigencia a la que no somos capaces de responder de manera adecuada, inmediata y eficaz. Se divide en tres fases: alarma, resistencia y agotamiento.
Cuando, por ejemplo, nos ponemos al mando de vehículos industriales o simplemente cogemos el coche para ir al trabajo, nos exponemos a numerosas situaciones que pueden llegar a desencadenar dicho proceso, provocando en nosotros alteraciones en nuestro comportamiento que inciden de manera directa en la conducción.
Impaciencia, impulsividad, agresividad, hostilidad o imprudencia son algunas de las actitudes que pueden llevarnos a desarrollar conductas temerarias cuando nos quedamos atrapados en un atasco, nos sentimos desorientados a la hora de encontrar nuestro destino, etcétera.
Las claves para reducir el estrés al volante
Las autoridades no solamente explican las causas que generan estrés al volante y advierten del peligro que supone. También ofrecen una serie de consejos y recomendaciones para combatirlo y así evitar sus consecuencias fatales en la medida de lo posible.
No conducir con fatiga
Es crucial controlar nuestros hábitos de sueño y evitar coger el coche si estamos excesivamente cansados. Por supuesto, es recomendable salir con tiempo suficiente para no vernos en una situación comprometida que provoque que el nivel de cortisol en nuestra sangre se dispare de forma desorbitada.
Regular la temperatura del vehículo
Las temperaturas extremas pueden afectar a nuestro nivel de concentración, llegando incluso a desencadenar síntomas como irritabilidad, ansiedad, desesperación, dolor de cabeza, fatiga, nervios… Es muy importante que nos sintamos cómodos cuando estemos al volante.
Previsión y prudencia
Sin duda, adoptar una actitud previsora y prudente nos ayudará a combatir esta situación. Conducir con estrés puede deberse a numerosos factores como encontrarse en fase de aprendizaje, padecer amaxofobia, haber presenciado un accidente traumático o, simplemente, la influencia de nuestras preocupaciones cotidianas. Por eso, tomar rutas alternativas o circular a una velocidad que nos permita ir relajados es muy recomendable.
Adoptar una actitud positiva
Tener pensamientos positivos cuando se conduce reduce los niveles de estrés y nos ayuda a ser más tolerantes y pacientes al volante. Para ello, por ejemplo, puede ser una buena idea poner en la radio la música que nos guste y nos transmita buenas vibraciones. Por supuesto, los acompañantes han de evitar distracciones o situaciones conflictivas que puedan afectar al conductor.
En definitiva, conducir con estrés es sumamente peligroso y las consecuencias pueden llegar a ser nefastas. Sin embargo, los consejos que hemos lanzado resultan bastante útiles y efectivos si se ponen en práctica.
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